miércoles, septiembre 30
{ 3:26 a. m. }
- 9 p.m -
Detrás de las piernas del escenario improvisado asomé mi curiosidad en busca de su cara, ahi estaba ella sentada de pierna cruzada, dejando ver más de lo debido en lugares de mala muerte como este cuchitril; ahí estaba ella en una silla medio coja con su cigarro light entre el dedo indice y medio. Coqueta y deslumbrante; una sonrisa abismó en mi alma y regrese al mundo de los vivos para prepararme al acto.
-Años antes-
"Octubre maldito, si con tu luna me has de condenar. Condename a seguirla ciego por el universo, condéname a dejar mi esencia en sus sabanas y a la mañana siguiente desaparecer... sin ver su amargura en contra de mi persona. Condename, maldito Octubre, a escribirle todos los días, a que una rosa roja adorne su umbral todas las mañanas. Que el rocío que llene mi vagabundo ser sean sus suspiros condensados en el calor que el deseo que tengo por ella crea a mi alrededor. Octubre maldito, condename a amarla por la eternidad."
¡AH! cinco horas para escribir una reverenda porquería, octubre jamás me pudo condenar, sin piedad me regaló al olvido de la distancia y el tiempo. Bastardo una y mil veces aquel a quien el destino le escucha sin quejar. ¿Porque yo he de arrastrarme por este asfalto? yo que amo sin pecar y peco por amor... por amor mi alma limpia esta, no tengo duda de ello.
Oh y ella señor, ella deambula por los pasillos de mi único cuarto, su presencia, su aroma, su calor, su maldito fantasma me angustia y desespera. Quiero morir.
Ya hacen siglos de todo aquello y yo sigo aqui pegado a esta máquina de escribir, tratando de poder plasmar el amor que le tengo en cartas, versos, dialogos o lo que salga. Hojas arrugadas empapelan el piso de mi alcoba... de mi casa que no es hogar desde que ella salió chillando por la puerta principal, azotandola al acabar la triunfal salida; azotando mi alma con un poder aún mayor. Dios... quiero morir esta noche. Esta noche es la indicada para que los papeles se intercambien y el fantasma que atormente sus días faltantes sea yo... pero antes, he de ir por ultima vez a despedirme de mi mesita en el bar y agradecerle por la paciencia mostrada en este largo periodo de moribundez voluntaria. Pero hoy... hoy. Ella. Jamás.
